Encerrare mis lágrimas
que al mirarte no se derramen
atraparé en mi pecho el corazón
para que al oírte nunca se dañe.
Amarraré mi alma para cuidarla
de la nostalgia, viviré cubierta
y siempre alerta, cuando en ti
la cordura falle.
Viviré cubierta por el manto
del raciocinio, serraré la puerta
y siempre alerta, a tu cinismo
cegaré mis ojos para que no vean.
Como te conviertes en un despojo
me vestiré de sombra, ocultaré mi
rostro, escuchare tú voz cuando nadie
la oiga.
Tus últimas palabras quedaran grabadas
en el rincón más profundo de mi alma
de donde nunca nadie jamás podrá
sacarlas.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)